Gargarella y los cortes de rutas.

por | |
Roberto Gargarella , uno de los mas importantes referentes en la actual teoría constitucional ha publicado en la edición de hoy del Pagina 12 una columna de opinión sobre los cortes de ruta en el contexto del paro de las entidades rurales, lease aquí .

A quien le interese, Roberto ha publicado, entre tantos otros textos, un muy interesante libro sobre el derecho de resistencia: El derecho a resistir el derecho, en editorial Miño y Davila. Este blog lo recomienda calurosamente.

1 comentarios:

Anónimo

Leí dos artículos publicados en el blog sobre los cortes de ruta y el campo. Como se podría esperar, tienen una densidad teórica atractiva y dinámica. Citando a parte de los federalistas, a Karl Marx y a Gargarella, pudiera decirse, sintéticamente que el argumento sería el siguiente: que las acciones políticas de los últimos días, realizadas en ciertos lugares por ciertos actores sociales demuestran, en cierto punto, ser injustas y pretenciosas: injustas, porque aspiran a mejorar una posición que ya es - comparativamente hablando - bastante buena; pretenciosas, porque tal grupo es una minoría de intereses excluyentes.

Aunque el argumento es interesante, me parece que pasa por alto el hecho al que hace referencia Voltaire en su famoso relato de las dos Persias. Una Persia, malvada, movida por los intereses egoístas e individualistas, era en realidad una Persia eficiente, que ayudaba al avance e integración de sus diversos actores políticos y religiosos.

Para no perdernos con la metáfora pregunto: ¿Hasta qué punto no es útil la existencia del pequeño propietario de la tierra? La abolición de la propiedad de la tierra no fue el sueño por el que se desvivían los federalistas, mas bien apoyaban la colonización, y esta, no sobre las tierras que le pertenecían a los EE.UU a finales del S. XVIII, sino sobre la famosa 'última frontera' de Adam Smith.

Haciendo analogía de la experiencia , los colonos de ciudades como Esperanza o Rafaela también salieron a la ruta. ¿Es injusto, en un sentido deóntico, de conveniencia social y económica, el reclamo del campo? No creo que sea una pregunta que se pueda responder automáticamente. No tengo información y eso que me preocupé en buscar. Algo tan sencillo como la resolución de las retenciones no se encuentra ni en los medios masivos de comunicación ni en Google ni mecon. Si tuviera que calificar el comportamiento de los medios de información en las última s dos semanas, diría que es abrogatorio.

La deliverada falta de información, el extremismo de las acciones de los actores, los discursos llenos de pasión como de posiciones encontradas no sirven para que el observador ingenuo - devorado por los acontecimientos - pueda verdaderamente juzgar. Esta situación lleva a que este tenga que tomar una decisión en un escenario en el que casi no posee información. Diría que el primer beneficiado de esta ecuación es el gobierno. A favor de esta idea se puede decir que casi todos los actores harán la siguiente evaluación:

Campo, gana plata. Yo, no (no gano tanto, quisiera ganar más).
Gobierno logró mejorar la situación con respecto a 2003. Eso puede permitir que yo alguna vez gane plata.
Campo evade impuestos, yo también - un estudio sobre presión fiscal del año 2005 demostró que un comercio en cualquier ciudad del país tiene que pagar un 110 % de impuesto por cada unidad vendida; el campo, 70 % -. Pero el campo tiene competitividad internacional. Ergo, el campo saca riqueza que verdaderamente se produce localmente.

La conclusión lógica: que una mayoría, mediante un atónito silencio, espere al desabastecimiento para salir a apoyar al gobierno.


Lo que me parece cierto es que cierto nivel de relación entre una persona y las cosas es necesario para que tal persona se sienta motivada a la ganancia, y de tal modo al esfuerzo cotidiano. A no sorprenderse que Adam Smith fuera un filósofo moral y que la Unión Soviética, que poseía una de las extensiones de tierras fértiles más grande del mundo, no pudiera mantener a una población similar a la de los EE.UU.

En síntesis. Difícil me es sostener una posición en este conflicto. Si la información fuera fiable, no habría siquiera que tomar una posición, la información lo haría por nosotros. Así, el observador ingenuo debe convertirse en un partidario en una lucha de suma cero.

¿Qué hacer? Lo que puede concluirse es que cualquier decisión que se tome o se haya tomado provocará una inquisición sobre sus efectos. EL actor que parezca, haya equivocádose, perderá más que el que no. Pero claro, para saber eso necesitamos información y eso ya fue eliminado.